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martes, 21 de septiembre de 2010
YO NO JUGUÉ DE NIÑO Por Héctor José Corredor Cuervo
Yo no jugué de niño
por culpa de la guerra
que cubría con su manto
de la pampa a la sierra
y navegué en el llanto
que inundaba la Tierra.
Yo no tuve juguetes
ni cuentos infantiles,
ni disfruté los parques
en tiempos juveniles.
La parca fue mi arrullo
con su canto estridente
al sentir el murmullo
de turba delincuente
que dirigía un grupo
contrario al presidente.
En lucha sin sentido
palpé la sangre hirviente
que corría en el campo,
de la gente inocente,
por la acción despiadada
del matón inconsciente.
Vi morir al amigo
y al peón ignorante
por culpa del partido
con falaz dirigente
que recibía apoyo
del bandido insolente.
Sentí dolor interno
por mucho desplazado
que abandonó de prisa
la familia y sembrado,
ante la complacencia
de mucho acomodado
que compraba la estancia
a precio rebajado.
Cuando tuve razón
recibí un buen trinquete *
y al hacer comunión
prometí ser valiente
y luchar con pasión
por la Patria al garete,
que había traicionado
corrupto dirigente.
Cuando fue desterrado
mi padre de su hacienda
me tocó ser obrero
y operario en molienda
por requerir mercado
mi pobre madre enferma.
En plena pubertad
me vestí de soldado
por darle libertad
al pueblo esclavizado
con saña y con crueldad
que ya habían sembrado
el miedo en la heredad
en el pueblo y collado.
Estando ya en las filas
pude ver al corrupto
encubriendo cuadrillas,
saqueando nuestro erario,
repartiendo tortillas
con sagaz empresario
ladrón de semillas.
Después de tanto tiempo
de vivir en la guerra,
quiero ver el lucero
de la paz y la estrella;
quiero ver a los niños
jugando en la vereda
en los pueblos pequeños
y en la América entera.
Quiero volver a oír
el canto de jilgueros
y en tardes sonreír
con tiernos compañeros
que se volvieron viejos
sin juegos verdaderos.
A la patria no le pido nada, tan solo quiero seguirle sirviendo con honor y honestidad hasta la muerte
Héctor José Corredor Cuervo
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