LA IMPRESIONANTE TRAGEDIA DE HAITI
Escribe RODOLFO LEIRO
La brillante Poeta, traductora, Escritora MARIÁN MUIÑOS, afincada en la localidad de Pontevedra, España, con referencia al espantoso fenómeno que significó el terremoto de Haití, espasmódicos ciclos devastadores con que nuestro planeta suele expresar las no siempre comprensibles evoluciones de su mundo interno, en un impactante poema, ha consignado esta singular pregunta:
¿Y cuando se terminen las imágenes?
A mi vez, traduje este demencial momento natural en un soneto titulado. “Cuando desaparezca el polvo”, en cuya estructura se deslizan ciertos decibeles que no suelen ser comprensibles especialmente para aquellos que, como quien escribe, siempre trata de ver algo mas allá de lo que se nos muestra o se nos dice.
Vamos llevando ahora las migajas de nuestra ayuda a un pueblo carente de recursos, en estado de pobreza no fácilmente dibujable y con un olvido tan manifiesto que podría afirmar, desde mi espíritu poeta, que se estaba en presencia de un pueblo marginado, olvidado por los grandes mercaderes que amasan las fortunas o que solamente expolian al mundo para apilar gabelas en oro que poco ha de servirles cuando llegue el momento de ocuparse del agua potable..
Donde se me hace indispensable consignar, en este peculiar instante, que la ayuda también va de la mano de gigantescas columnas de gendarmes, a los que seguramente les llegará más antes el pan y el agua de que hoy carece lo que ha quedado de lo que fue un País.
En mi concepto, no sujeto a imposiciones o a auto censuras comunes en estos tiempos, la ayuda de los ampulosos centros en que se agrupan los representantes de las potencias con amplio margen de divisas, debió acudir mucho antes, no solo para arrimar dinero en préstamo que ahora van a condonar ante la imposibilidad de recobrarlos, sino en la construcción de viviendas de tipo antisísmico, con lo que, un movimiento telúrico de esta naturaleza pudo no producir la impresionante cantidad de vidas inmoladas, niños, mujeres, hombres, ancianos....
He aquí, a grandes rasgos, dibujado el pasado de la tierra sumergida en el dolor punzante, que no me deja olvidar las tremendas hambrunas que soportaba el pueblo hermano.
Ahora vamos presurosos a socorrerlos, especialmente en la necra tarea de sepultar cadáveres y llevar un poco de agua y algo de víveres al desmantelado predio.
Y he aquí la pregunta de la Poeta Marián Muiños:
¿Y cuando se terminen las imágenes?
Que en cuanto a mi Argentina, ya han desaparecido de las pantallas televisivas.
Quiero suponer, quiero creer, que a partir de ahora una desinteresada ayuda posibilitará la reconstrucción con edificios antisísmicos, que no faltará el pan, que abundará el agua, que el hermano País de Haití, sin olvidar sus dolores, podrá erguirse de nuevo y presentarse ante el mundo sin el panorama del hambre y sus miserias.
Quizás algunos de mis amables lectores, de mis afables lectoras, arriben al pupitre solemne de las mismas esperanzas.
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