Abre los ojos,
despierta de una vez, mujer,
de este mal sueño,
sacude la desidia
de tu corazón hastiado,
y mírate en el espejo
de tu fatal desencanto.
Alza altiva la cabeza,
y observa tus ojos tristes
anegados de lágrimas,
tus pómulos quebrados
y marchitos,
tu boca injustamente silenciada.
Mira sus inocentes rostros,
¡despierta!
abre puertas y ventanas,
a la luz de un nuevo día,
vístete de coraje,
sal a la calle, y grita.
Grita tu soledad y tu abandono,
grita tu decepción y tu derrota,
grita la inmensidad de tu calvario,
¡grita! que nada has de temer,
cientos, miles de voces,
secundarán tu clamor desesperado.
Grita mujer por aquellas que callaron,
libérate del yugo
que te oprime y que te humilla,
no renuncies a los sueños de un mañana,
donde tú y solamente tú,
serás dueña de tu vida.
CONCHI IZQUIERDO
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