Desde siempre sentí
que los pies lloran
con sus alas divinas
el absurdo espacio
que hoy ocupo
Sentí que las historias
que escribías para otros
eran vástagos nevados
derribando la tinta
sobre nóveles praderas
No sé por qué amaba esas historias
que dañaban dentro mío
Sentí que las fábulas de tréboles
abrían las ventanas al registro
de sauces y nogales
Contigo sentí el cuidado
de pájaros muy tibios
rompiendo las cuerdas
unas tras otras
como esos bostezos del ciruelo
que en el río busca
ahogar el humo gris de la tarde
¿Será una letanía
que se teje en el silencio de la noche?
algo que no entiendo
en esa luz que tanto amo
cuando besa los lirios
desde el latido del círculo
en el nido de mi espacio
Susana Roberts
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