Soy en la noche triste, todavía,
un pedazo de estrella reluciente,
un corazón abierto, complaciente,
que ilustra cada pátina del día;
este viejo cansancio de mi vía
deviene de vil páramo incipiente,
como una seca boca, sin un diente,
que de antaño, mi lira, perseguía;
no pudo deshojarme, mi osadía,
que de una augusta rosa devenía
se elevó como un bardo penitente
o un loco en su letífica insanía,
que cansado de amar, te seducía,
con un beso de rimas en tu frente.
Rodolfo Leiro
Construido a las 18,24 del
22 de noviembre de 2011
Para
“Esquinas bohemias”
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