Soy una novela,
un amor condenado a la distancia.
Limitado..., forzosamente uranio.
Unas veces fugitivo de solemnidades,
otras...,
recorredor de inocencias milagrosas.
Hay tanta luz que asombra los sentidos
y no me reconozco.
Huyo y me privo de ser,
me escondo en el linaje
de los hombres comunes.
Puedo mutar a veces
sin recordar mí nombre,
pero el de ella revive a cada instante.
La exploro en esperanza,
decepcionado en los descuidos
temo y avanzo.
Sé que no me gusta
pero es inmensamente hermosa.
Arremeto, me acerco,
lento y constante la cerco.
Al final me doy cuenta:
tan solo es una imagen.
¿Cual será la verdad?
La completa, la verosímil.
Me torno en exiliado
para quedarme preso en la nostalgia.
Antonio Cristobal Pourrere
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