La fronda de aquel noble tamarindo
luciéndose en sus brevas deleitantes,
un viento, de los tópicos fragantes
y un recuerdo glorioso al que me rindo;
de aquel rapaz gallardo, porte lindo,
de las pupilas alertas e invitantes,
las frases que atrevidas, levitantes,
que a esta altura de vida no rescindo,
no resguardo, no oculto, no prescindo,
ni del peplo del beso las deslindo
por que siguen por cierto gravitantes,
de aquel rapaz veloz gustando un guindo
os reitero, mi amiga, no me rindo..
Aún conservo mi trópico galante..
Construido a las 16,49 del
1 de diciembre de 2011 para
“Esquinas bohemias”
Rodolfo Leiro
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